Oculto entre el agitado desarrollo urbano, rodeado de hermosos edificios  neoclásicos y hoteles, se encuentra el Palacio de Lira. Está ubicado detrás de unos barrotes sombríos en un recóndito lugar pasando un jardín florido de la calle de La Princesa en Madrid.

Desde principios de siglo XIX, es la residencia de la Casa de Alba además de ser la sede de su apreciada e invaluable colección de obras de arte. ​

El hermoso palacio madrileño se construyó en el siglo XVIII, hacia la periferia  de la ciudad, está todo rodeado de jardines. Participaron en el diseño y la construcción del palacio, diferentes arquitectos entre ellos el francés Louis Guilbert. Pero fue concluido por Ventura Rodríguez en 1785.

Está considerado como uno de los edificios neoclásicos más vistosos y representativos de la arquitectura civil de Madrid. Inclusive, algunos expertos aseguran que es la única construcción que puede lograr una armonía con el Palacio Real.

Dos voraces incendios intentaron derrumbarlo, durante la guerra civil. Fue blanco de varios proyectiles dirigidos por los aviones franquistas que atacaron la ciudad de Madrid. La intensidad de los ataques fue desbastadora y derrumbó la arquitectura dejando solo las cuatro fachadas del palacio.

De manera providencial, la mayor cantidad de tapices y pinturas del palacio, así como otras obras de arte no se encontraban allí cuando ocurrieron los ataques. Habían sido retiradas del palacio y trasladadas  a  los edificios de la embajada británica y el Banco de España que contaban con mayor seguridad.

Jacobo Fitz-James y la duquesa Cayetana su hija, única heredera, residían en Londres y lograron sacar las pinturas y las obras de mayor interés cultural. Fueron también quienes  impulsaron su reconstrucción.

El palacio fue reconstruido a partir de 1948 bajo la coordinación y supervisión del arquitecto Manuel de Cabanyes. Para la reforma del edificio se usaron planos elaborados por el arquitecto Edwin Lutyens. Ya, para 1956 la reconstrucción se había terminado y fue reinaugurado por la duquesa Cayetana de Alba.

Cabe destacar,  que la cita “Para los dioses inmortales, que permitieron que heredase estas cosas, no solamente para mí sino para mis descendientes”, de Cicerón, está grabada en los muros del hall, cerca de la escalera.

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El palacio de Lira abierto al público

Recientemente, en septiembre se abrieron las puertas del palacio para el público en general. Ahora tendrán la posibilidad de visitar y conocer el interior del palacio, donde el arte y la belleza forman un solo conjunto. El palacio tiene  3.500 m2 y el público disfrutará de sus pinturas, arquitectura y hermosas obras de arte.

Los visitantes entraran por un espacioso zaguán neoclásico donde les presentarán un video donde se narra la historia de la mansión. Allí se encuentra una silla de mano donde se trasladaban los visitantes nobles de la época. Desde allí se inicia la travesía por este monumental palacio

Las personas se organizarán en grupos de 20 que recorrerán y disfrutaran de 14 salas de las 200 en total que componen el palacio. Cada sala tiene un toque y estilo propio y un fragmento de la historia que contar. Los salones se encuentran distribuidos en tres plantas, de las cuales solo se visitará el primer piso.

Cada grupo dispondrá de 65 minutos para admirar una gran cantidad de pinturas antiguas. También apreciarán la hermosa colección de muebles, tapices y alfombras. Así como las hermosas figuras antiguas de porcelana, fotos familiares, relojes y lámparas  que lo decoran internamente.

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El palacete está lleno de mesillas con joyeros y retratos en miniatura y muchas figuritas de porcelana, que datan de 1472. La decoración de la mansión se mantiene pero un poco más ligera que en la época de Cayetana de Alba. Ya que el nuevo duque Carlos Fitz-James Stuart tiene un estilo más sobrio que su madre y se le ha rebajado un poco el decorado.

Cabe destacar, que el palacio sigue siendo una casa familiar además de un museo. Es la residencia del XIX duque de Alba. Razón por la cual las visitas están restringidas  solo a 14 salas en la primera planta. Así como también está restringido el paso para los jardines traseros, pues son para el uso de los habitantes de la mansión.

En el salón Flamenco resplandecen las pinturas de Rubebs y Brueghel y en el salón español están la Infanta Margarita y Cristo del Greco. A Cayetana montando un hermoso corcel cuando era niña lo verá en el salón Zuloaga. Pero ninguno como el salón Goya, donde se encuentra el cuadro de la duquesa de Alba.

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La biblioteca, un tesoro invaluable

Mientras que el salón de su majestuosa biblioteca, una de las más importantes de las 14 salas a visitar, esta forrado de paredes verdes con decorados en dorado.

Allí  se expone uno de los 37 testamentos que Fernando el Católico firmó durante su vida. También está resguardado el documento matrimonial de Juana la Loca y Felipe El Hermoso y el famoso mapa de la isla de La Española, elaborado por Cristóbal Colón.

La biblioteca preserva más de 18.000 libros y manuscritos. Álvaro Romero, director cultural de la Fundación Casa del Alba  anuncia que “Para las visitas se han seleccionado piezas fundamentales de las que destacan la Biblia de la Casa de Alba de 1.430, varias cartas del almirante Cristóbal Colón o una primera edición del Quijote del año 1605”.

Un fabuloso viaje al pasado de España en el centro de Madrid. Visite el Palacio de Lira y disfrute de la historia, el arte y la belleza del palacio urbano más grande de España.

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