Todavía hay tiempo para salvar los viajes y el turismo para este verano. Lo más probable es que solo se realizarán viajes cortos dentro del mismo territorio español. El turismo durante esta temporada, no será igual a las pasadas. Se borrarán algunas opciones como Italia o Alemania por ejemplo, por riesgos de salud.

Sin embargo, hay expectativas y altas posibilidades que para este verano, en los meses de julio, agosto, septiembre y octubre, se recupere el turismo en el Mediterráneo español y en las Islas Canarias.

A pesar de que los vuelos se normalizaran, la afluencia de pasajeros no será la misma. Pues la normalización será a paso lento y de salir del estado de alarma para ese momento, en la gran parte de los destinos el virus no estaría erradicado en un 100%. Y los sistemas sanitarios no tendrían la capacidad de ofrecer al turista los niveles de calidad y seguridad que se requieren para brindarle. En especial al turista europeo.

Algunas de las medidas del gobierno español para este verano, contemplan ir a la playa por turnos. Viajar en medios de transporte que estén al 30 % de su capacidad. Además de que las fronteras estarán cerradas de entrada y salida de España.

En este sentido, advierte Joan Miquel Gomis, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC  “Si el consumidor turístico tiene que moverse en medio de estrictas medidas de control, será prudente”. Así mismo, señala que “si el escenario que se plantea es este, significa que estamos muy lejos de una situación de normalidad”.

Por lo que añade Gomis, “…en este contexto, la reactivación de la demanda no tendrá el efecto rebote acelerado del que se habla”.

Por otra parte, Pablo Díaz, también profesor de la UOC, considera que las mejoras se verán para finales del verano. Pues será en ese momento cuando algunos de los países europeos abrirán sus fronteras.

Asimismo señala que “todo dependerá de la evolución de la pandemia y de la posible política común europea. Las políticas descoordinadas llevarán a un retraso en la apertura de fronteras por la desconfianza mutua y las medidas desiguales tomadas en cada país”.

Sin embargo, se espera que una vez que las fronteras europeas se normalicen, lo harán las continentales. Este se estima que será el último paso.

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El turismo es fuertemente impactado y la economía se desinfla

En 2019, el turismo aportó el 15% del PIB nacional español. Sin embargo para este año, dadas las circunstancias de la pandemia, lo que se espera es realmente desalentador. En este sentido afirma Gomis, que “El grado de reactivación turística dependerá de la flexibilización progresiva de las normas de control sanitario. Que probablemente se irán implementando por áreas geográficas nacionales e internacionales”.

Por lo que señala que si las fronteras están cerradas, la mayor proporción de turistas que viajaban a España no podrán visitar el país. Así que los 83,7 millones de visitantes contabilizados en 2019, récord histórico de llegadas de turistas internacionales será imposible alcanzarlo en 2020. Será necesario “… ver si el turismo interior puede sustituir la demanda” considera el director del programa de Turismo de la UOC.

Y entre toda esta situación, tampoco es previsible aumentar los precios. Todo lo contrario, para atraer a los turistas y aumentar la demanda, los precios deben bajar. Se espera entre todo una demanda baja, debido a la crisis sanitaria. La cual conlleva a su vez a una crisis económica. Donde la pérdida de empleos es muy alta y las pérdidas son millonarias. Por lo que la capacidad adquisitiva es baja.

En este sentido, para tener una idea clara del escenario, según el Ministerio de Trabajo, desde el 12 de marzo, se han destruido 888.597 empleos en España, a causa de la crisis. Las estimaciones que hace el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WTTC) a nivel mundial, en el sector del turismo, son de 50 millones de empleos perdidos.

Por lo que Gomis afirma que “estamos ante un entorno en el que muchos colectivos y personas están teniendo problemas económicos graves. Y en el que el nivel adquisitivo de las familias bajará, se trata, por tanto, de indicadores que no juegan a favor de un incremento de precios”.

Asimismo, expresa que el turismo volverá al de los años 70, “cuando las familias se desplazaban en sus propios automóviles y mayormente a apartamentos veraniegos”.

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